El 1 de Noviembre, celebramos la Fiesta de Todos los Santos. Desde hace unos años, nuestra sociedad ha unido esta fiesta cristiana con la de Halloween, motivada por la cercanía de la fiesta de los difuntos, que se celebra el 2 de noviembre.
Desde Pastoral hemos querido recordar con nuestro alumnado de Secundaria qué significa la fiesta de Todos los Santos, qué celebramos este día, y para ello, en las clases de religión, hicimos el 29 de noviembre una reflexión motivadora.
Nos hemos preguntado: ¿Qué idea tenemos de los santos y las santas? ¿Son para nosotr@s como soñadores idealistas, fuera de todo contacto con el mundo y con la gente, pasivos y tristes como sus estatuas de escayola?
No, la historia es diferente. Los santos, las santas, son gente ordinaria como nosotr@s. Pero tuvieron la valentía de ser diferentes, de hacer las cosas ordinarias de la vida en la forma extraordinaria de Jesús, de quien toman su valor.
Hablar de los santos es hablar de tantos hombres y mujeres que nos interpelan por su serena, pero fuerte amabilidad, su integridad, su entrega a Dios y a sus herman@s, y por su trabajo por la justicia, la verdad, la paz, la igualdad y la libertad.
Los «santos», son todas las buenas personas, la «buena gente», los «hombres y mujeres buenos»…
Hemos invitado a nuestro alumnado a pensar en alguna persona que hayan conocido y que su vida les hable de amor, justicia, solidaridad, de evangelio, y que es, por su forma de actuar, por lo que decimos que son SANTOS y SANTAS. Y darle gracias a Dios por haberlos conocido.
Terminamos nuestra reflexión pensando:
«Si otros y otras lo han sido…
¿Por qué no puedo serlo yo?»