Uno de los pilares clave en la educación de nuestro alumnado es aprender a relajar su cuerpo y su mente desde la tierna infancia. A través del yoga, experimentan el regalo de «sentirse para adentro» y conectar con su yo interno, realizando figuras sencillas acompañadas de una respiración pausada y profunda. Pero no solo conectan consigo mismo, sino que, realizando figuras cooperativas, estrechan los lazos de unión entre los miembros de su grupo-clase.
En sus miradas y expresiones corporales, podemos constatar cómo disfrutan unos de otros consiguiendo pequeños retos que deben conseguir en equipo, como, por ejemplo: mantener entre todos el equilibrio de la figura. La nueva zona de césped artificial de nuestro colegio es ideal para practicar esta práctica milenaria. A nuestros alumnos y alumnas ¡les encanta!