La metodología STEAM está presente en todas las asignaturas de ciencia y tecnología y algunas veces implica proyectos multidisciplinares y otras simplemente implica aprender haciendo. Si en la asignatura debemos aprender cómo funciona un ordenador lo mejor es ver qué hace cada una de sus partes y cómo éstas afectan al funcionamiento general y, para ello, qué mejor que desmontar, tocar, explorar e investigar cada una de sus partes para luego volver a montar el ordenador y contar todo lo que hemos experimentado desde el punto de vista de los unos y ceros que viajan por sus buses y estructuras. Aprendemos sin casi darnos cuenta, con una sonrisa y respondiendo al reto contrarreloj y en equipo.